sábado, 6 de diciembre de 2008

El Centauro Quirón

El Centauro Quirón o Quieron que proviene del griego antiguo kheiron qie significa el inferior de los hijos de Crono.Nació de la unión del Dios Crono y de Filira,una de las hijas de Océano.
El Centuaro Quirón es un centauro inteligente y de buen carácter a diferencia de la mayoría de los centauros de su clase ya que ha ganado muchas guerras con los centauros.Vivía en la cueva del monte Pelión en Tesalia y fue un gran maestro de música,arte,caza,moral,medicina y cirugía.
Fue tutor de Apolo,Aquiles,Esculapio,Teseo,Jasón,Aristeo y Acteón.
Era muy conocido en Grecia por su fama de médico,prudente y sabio.
Heracles accidentalmente le disparó un flecha envenenada al Centauro Quirón con la sangre de la Hidra en el transcurso de una lucha con los centauros ya que contrajo una dolorosa herida incurable que le llevó a ceder su inmortalidad a Prometeo,para así morir y escapar del dolor y fué ascendido al cielo como la Constelación de Sagitario,localizada en la elíptica del Zodiaco y que se puede ver desde el hemisferio norte

1 comentario:

Mamá de Amado dijo...

SANAR ES INTEGRAR



Albina Mosdín – Beriáh
Monografía – Septiembre 2002
Monografía de Kabaláh

Portal Hinéni






INTRODUCCIÓN



Para considerarse una persona sana, se debe tener en cuenta que el cuerpo, el alma y espíritu deben ser una unidad. El término enfermo proviene del latín "infirmus", que significa falta de firmeza, esto se podría interpretar como la fragmentación de dicha unidad. La sanación representa la toma de conciencia, por parte del enfermo. Cuando deja de resistirse al síntoma, lo acepta para quitarle relevancia y comprende su mensaje para volver a la armonía.



I - ¿CURAR O SANAR?

Existe una diferencia entre sanar y curar, el kabalista dice "El medico cura pero la naturaleza sana"

Esto se explica si nos remitimos a la palabra hebrea que significa curar, rapó, que se escribe con la letra pei, de pronunciación fuerte, ya que la curación en si es agresiva.

La curación se lleva a cabo a nivel del cuerpo físico por métodos materialistas empleados por el medico, el enfermo solo confía en que lo de afuera pueda curar su cuerpo, llegando a temerle a la enfermedad y de esta manera se aleja del mensaje que su alma le comunica en su dolencia.

La curación es el esfuerzo que viene desde el exterior, que se realiza por medio de la ciencia para intentar modificar lo que le sucede a nuestro cuerpo, mientras que la sanación actúa desde nuestro interior mediante el esfuerzo por entender el mensaje y buscar una nueva conciencia.

¿Cómo se dice sanar en hebreo?, la palabra sanar es rofé, que también lleva una letra fei, con la pronunciación de la F mas suave, porque la sanación responde a las leyes universales, es Dios el que sana.

"Nunca se radicara la enfermedad con un método que es solo agresivo y materialista, por la sencilla razón que la enfermedad no es material en su origen" 1

La armonía entre el cuerpo y el alma erradican las causas de la enfermedad y luego la curación física completa la tarea.



II - KABALÁH Y SANACIÓN

Existen pocos escritos que expliquen la sanación desde la Kabaláh, ya que esta enseñanza fue un secreto celosamente custodiado durante mucho tiempo por los maestros y solo era trasmitida oralmente a sus discípulos.

El ser humano cambia de actitud ante una enfermedad si tiene en cuenta los conceptos de destino y reencarnación.

El destino es el resultado del proceso de aprendizaje recorrido hasta ese momento , y la reencarnación es el resultado de una rueda que gira incesantemente.

Todo lo que nace muere y todo lo que muere vuelve a nacer, por lo tanto la enfermedad es solo un llamado de atención para avanzar por el camino correcto.

Nuestra equivocación con respecto a la enfermedad es que la reprimimos, tememos a ella y a la muerte física. Pocos piensan en la enfermedad como un medio para trascender y llegar a la realización.


El kabalista dice que el ser humano nace incompleto y para completarse debe encontrar y recibir a su alma, o conciencia mística, en su vida y así cumplir su verdadero destino en este mundo.

La enfermedad y la sanación son puertas necesarias para lograr esa misión.

La Kabaláh nos enseña que la Creación la ha comenzado Dios y que es tarea del ser humano continuarla. Cada ser es un ser infinito que no esta limitado por el tiempo y el espacio.

El cuerpo físico es también el medio para trascender nuestros estados inferiores de conciencia por lo tanto lo necesitamos sano y completo.

Analizando los síntomas, podremos encontrar su sentido, descubriendo el mensaje de nuestra alma.

Cuando aparece el síntoma en el cuerpo, los kabalistas pueden a través de la elevación de la conciencia lograr el tikún, es decir la reparación y la restauración armónica de la existencia.



III - EL VACÍO Y LA FRAGMENTACIÓN

Desde el punto de vista de la Kabaláh, el vacío, jalal panui y la fragmentación, shebirat aqueilim, son las causas de las enfermedades que padece el ser humano.

Si tenemos en cuenta que el razonamiento humano tiene demasiado presente la división objeto-sujeto, afuera-adentro, separando también el alma del cuerpo y el espíritu del alma, fragmentamos nuestra existencia en este mundo donde se desenvuelve nuestro cuerpo físico con respecto a la unidad con el todo, con la energía universal, creando así un vacío en nuestra vida desde donde nuestra alma clama ser escuchada. Precisamente ahí, cuando nuestra alma no es escuchada, es donde se produce la enfermedad.

La luz como energía vital universal, or ein sof, es toda Luz, pero el ser humano en su conciencia de polaridad la divide en luz y en sombra.

El ego es el que se encarga de relegar a nivel de inconciencia nuestras sombras, klipot para la Kabaláh, pero si nosotros logramos ver la ilusión que nos aparta de la unidad esencial, trascendemos los mundos o estados de conciencia. Esto significa desde la Kabaláh recorrer nuestro propio Árbol de la Vida.

La ausencia de conexión de la personalidad con el alma produce un vacío que el ego, al no comprenderlo, se aferra con todas sus fuerzas a el, siendo incapaz de actuar de acuerdo a las intenciones del alma. Pero si la fragmentación y el vacío son las causas de la enfermedad en el ser humano, entonces también allí tiene que estar el remedio, tekuná, para la sanación.

Cuando permitimos que nuestra conciencia se abra, mediante la comprensión de nuestro destino, en ese espacio vacío de ego hacemos uso de nuestro libre albedrío y rompemos las estructuras de nuestra mente. Esto permite que el kev, la línea de luz proveniente del infinito, llegue a nuestra alma y nuestra conciencia se expanda y humildemente tengamos una existencia armoniosa con la creación.

La polaridad se puede considerar como una puerta que tiene escrito de un lado la palabra entrada, y del otro lado la palabra salida. Pero siempre es la misma puerta, según el lado por el que nos acerquemos a ella, vemos uno u otro de sus aspectos.



IV - SANACIÓN

Significa redención, completarse, iluminarse. Es un poder interior, que activado desde exterior, surge del propio enfermo sin ser un poder impuesto.

El enfermarse es una oportunidad de retomar el verdadero camino, es una guía que nos advierte que nos estamos desviando. Los síntomas son lo obvio de la enfermedad, pero no siempre son tomados como tal, no sabemos interpretar su mensaje. La sanación completaría el círculo, es completar la obra y terminar con el sufrimiento.

Nuestra alma se "viste" con nuestro cuerpo físico para recorrer los niveles de conciencia (Néfesh, Rúaj, Neshamáh y Jáiah) y aspira a la unidad total, ella necesita que su voz sea escuchada para así cumplir su misión en este mundo.

El cuerpo es sólo un reflejo de los estados de conciencia, por lo tanto la enfermedad no debe ser combatida sino transmutada por medio de la comprensión.

Cuanto dolor en el mundo se hubiera evitado si se hubiesen seguido las enseñanzas de los grandes maestros, en cuanto a esta verdad.

Hasta que el último hombre sea sanado, la humanidad no será redimida para integrar nuevamente el adám kadmón (el hombre primordial). Y esto depende de que el hombre tome conciencia y descubra las leyes inalterables del universo, adaptándose con humildad y obedeciendo estas leyes para traer paz entre su alma y su ser.

Somos parte del adentro y del afuera, somos esa célula que pertenece a la creación universal, somos necesarios como cada célula de nuestro cuerpo físico. Por esto nuestra sanación es tan importante como cada una de la de nuestros semejantes.



V - EL TERAPEUTA

El terapeuta espiritual kabalista es una antena que conecta con mundos superiores, siendo él sólo un canal, por lo tanto no todo depende de él.

Cuando abre un portal desde el mundo de la acción, assiáh, está poniendo en marcha esa antena y se limita a conducir la energía necesaria para despertar su sanador interior y ayudar a despertar al sanador interior del otro ser.

El terapeuta ayuda a los que sufren a reconocer las leyes inalterables de nuestro universo, indicándole los medios por los cuales podría conseguir la armonía, inspirándole fe en su divinidad, pues la fe todo lo vence.

Toda sanación comienza por uno mismo, si yo no me amo, no me acepto y no me reconozco como chispa divina, no puedo amar, respetar ni reconocer a Dios en el otro.

Cuando tenemos el impulso de ayudar a alguien, empleamos el intelecto, la mente, los sentidos y la materia para realizarlo. Cada pensamiento unificado con el Todo hace que nuestro ser se haga flexible, para que la luz de nuestra conciencia se abra y se expanda, conectándose con la conciencia amplia y perfecta, sin límites y libre.

La meditación es fundamental, ella nos da la paz y la calma necesarias para trascender nuestras barreras de sombras que el ego tan hábilmente construyó.

Un gran maestro, Alexandre Zafran, decía: "El hombre se diviniza en Dios, y Dios se humaniza en el hombre". El terapeuta tiene como tarea posibilitar que Dios venga hacia nosotros, ofreciendo su deseo al universo, conectándose con él. Siendo éste un deseo de sanar a otro.

Su tarea es la de abrir los ojos al que padece, iluminar la razón de su existencia, darle esperanza y consuelo para poder trascender su enfermedad.

Nunca se debe juzgar, si la sanación no se produce. Aceptamos con amor y comprensión el hecho, ya que seguramente hay razones muy poderosas, que no conocemos para que ello suceda. Si una sanación se produce, no nos atribuimos el hecho, sólo agradecemos el haber servido al Universo.





VI - EL ÁRBOL DE LA VIDA

El Árbol de la Vida representa, para el kabalista, un perfecto mapa, cuyo recorrido nos lleva a nuestro centro, al equilibrio entre lo blando y lo rígido, desatando los nudos del alma para que la Luz descienda a la conciencia.

Dicho Árbol está compuesto por diez esferas o sefirot que poseen un poder cuya comprensión nos lleva a la sanación. Son representaciones de estados de conciencia del alma.

Ellas son:

keter (Voluntad Divina)
jojmáh (Sabiduría)
bináh (Entendimiento)
jésed (Amor)
guevuráh (Límite)
tiféret (Armonía)
nétzaj (Triunfo)
hod (Gloria)
iesod (Impulso)
máljut (Realidad)


Si máljut, la décima esfera, que representa al cuerpo físico, sufre, en iesód está el impulso del deseo de ser sanado, y en hod, que tiene una energía de búsqueda, reconozco que mi alma me está diciendo algo.

En nétzaj comienzo a confiar en que puedo desarrollar la suficiente fe para conectarme y aceptar mis sombras, recuperar la alegría y triunfar sobre mí mismo.

En tiféret, mi deseo de ser sanado comienza a tomar forma y puedo contactar con la Luz, que como seres divinos está en nuestro centro.

En la voluntad que encuentro en guevuráh, tengo la fuerza para seguir, y los límites para que mi ego no oprima mi alma y pueda conectarme con jésed, donde el Amor Divino se manifiesta, y desde donde nuestra Sublime Entrega se realiza para poder así crear el espacio y recibir la luz de la sanación a través de la comprensión.

Luego nos conectamos con bináh, el útero, donde elegimos nacer a la nueva conciencia para recibir la sabiduría de jojmáh, y la fe manifestada, con el anhelo de unidad con el Padre y así, llegar a keter entregando nuestra voluntad a la voluntad del Uno y ver que toda entrega es comprensión y que para fluir con el Universo es necesario morir a la conciencia de separatividad. Aquí podemos decir que nuestro deseo de sanar fue iluminado.


VII - MOISÉS Y LA SERPIENTE DE BRONCE

"Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente y así murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor para que aleje de nosotros esas serpientes". Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor la dijo: "Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedara curado". Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado". (Números. C. 21 V. 6 al 9).

El significado de la serpiente de bronce esta relacionado con el miedo a la locura. En este capitulo bíblico se menciona a la serpiente como "abrasadora" porque con su mordida producía fiebre e inflamación.

La visión "normal" de la realidad, muchas veces no corresponde a las necesidades del alma y nuestro ser fragmentado sufre. Cuando la enfermedad aparece, cuando los síntomas están en el cuerpo, se activa el miedo, el miedo a la muerte , a la locura (la serpiente de bronce), la ira y la bronca (fiebre e inflamación).

Si nos sumimos en el miedo, vamos hacia el vacío, donde todo es oscuridad y el ego comienza a fabricar razones para comprender la enfermedad, razones que precisamente no tienen la esencia de la Luz Divina.

En la sanación a distancia podemos ayudar dado que en el nivel de conciencia espiritual no hay mentiras, el alma reconoce y acepta la verdad. Nos contactamos con ese vacío y lo elevamos a la luz como hizo Moisés con la serpiente de bronce, para que la persona por medio de su propia voluntad contemple sus sombras y trascienda sus miedos y active así su propia sanación.

Aquí es cuando dos almas se unen, una para asistir y la otra con el ansia y la voluntad de ser asistida.


VIII - NIVELES DE SANACIÓN

En la Kabaláh se interpretan 6 niveles de sanación. Estos son los siguientes:

1º nivel: Es el empleado por el médico, es el primer nivel de conciencia del alma (néfesh,

conciencia física y material).

2º nivel: Es el nivel emotivo del alma (rúaj), se trabaja sobre las emociones, con el

poder de la imaginación.

3º nivel: Se relaciona con la habilidad del alma para percibir la presencia de Dios en el

mundo (neshamáh) y sentir el aliento de vida divino entrando en el ser.

4º nivel: Es el nivel más elevado del alma para percibir la presencia divina (jaiáh).

5º nivel: El nivel de la fe (iejidáh).

6º nivel: Le corresponde a Dios.

Estos niveles son las distintas etapas que recorre el alma, para sanarse y unirse al

espíritu.

El primer nivel corresponde a una sanación presencial, A partir del segundo nivel se puede comenzar a trabajar en una sanación a distancia. En el tercer nivel se efectúa la sanación a través de los nombres de Dios, amuletos, piedras, colores, aromas y las coaj, palabras usadas por los kabalistas que tienen una gran fuerza para llevar a cabo la intención a la cual son aplicadas. En el cuarto nivel se encuentra la autoanulación (el bitúl aiésh, olvido del yo) para hacerse uno con el enfermo. En el quinto nivel la fe activa la sanación. El sexto nivel corresponde exclusivamente a los milagros.


IX - SANACIÓN A DISTANCIA

La distancia es inmaterial en la sanación , los vínculos se establecen en los planos superiores de conciencia.

Se pueden realizar sanaciones a distancia obteniendo los mismos resultados que si el enfermo esta presente, ya que la sanación se produce a través del vinculo con la fuente de toda sanación, Dios.

En esta practica es imprescindible lograr el equilibrio interior, la ecuanimidad y desde ahí conectarnos con el propósito de ayudar a otro, renunciando a la necesidad de expectativas personales o el dominio de la situación.

Por medio de la respiración y tratando de escuchar los latidos de nuestro corazón podemos llegar a una concentración profunda y conectarnos con nuestro centro.

Por ejemplo, los kabalistas visualizan el Árbol de la Vida concentrándose en tiféret, sexta esfera y centro del Árbol, allí se combinan las energías del espíritu con las energías terrenales. El kev, rayo de Luz que proviene de kéter, desciende cuando nuestra alma observa con los ojos del corazón, con humildad y sin juzgar, y se forma el ruaj akodesh, (espíritu santo), aquí somos asistidos por el arcángel Rafael y por nuestros guías espirituales.

También podemos conectarnos con el aura de la persona. El aura es energía y contiene la información de la conciencia, visualizando su imagen podemos preguntarle si acepta la ayuda que deseamos enviarle ya que trabajaremos juntos para lograr un resultado.

Podemos formular la siguiente pregunta a su alma, ¿qué hace falta para que tu sanador interior actúe por si mismo?

Concentrándonos en dar siempre al alma de la persona la posibilidad de tomar el control de su existencia en este plano, pensamos solo en el amor, para equilibrar la armonía en ese ser.

Si obtenemos, a nivel energético, la respuesta negativa a nuestro deseo de ser canal, o no obtenemos respuesta alguna, nos retiramos enviando luz a su alma, ya que sin su permiso violaríamos su libre albedrío.

Debemos tener en cuenta que el camino que transitamos al hacer sanación es de una gran fuerza, que al ser mal usada puede causar mucho daño.

El terapeuta se abandona con total fe a Dios, pues Él es quien sabe, no importa lo que perciba, recordará en todo momento que solo es un puente, ayuda a quitar el obstáculo , para que Dios llegue y toque la herida sanándola.

Si no percibimos la paz y el equilibrio interior dentro de nosotros no es conveniente abocarse a ninguna sanación, ya que no podemos dar aquello que carecemos.

Por medio de la meditación logramos conectarnos con la energía universal llevándola a nuestro centro experimentando una sensación de alegría, levedad, éxtasis y entrega total al amor, sintiendo que somos parte de todo lo que existe en este mundo y fuera de el.

Cerramos nuestros ojos físicos para realzar la percepción de nuestro ojo interior.

Repetimos una coaj, o uno de los nombres de Dios, para fundirnos con la melodía del Universo.

Aquí las dos almas unidas pueden elevarse por los mundos o estados de conciencia.

"Es ir desde la oscuridad de la conciencia hacia la Luz, la iluminación y la claridad espiritual". 2

Para esto hace falta, lo que en la Kabaláh seria iad jazadka, que significa mano fuerte ya que con mano fuerte Dios nos rescata de la esclavitud de la conciencia.

La meditación creativa nos lleva a la visualización que es un medio poderoso para conectar los niveles de conciencia y lograr cambios en el cuerpo físico.

Toda sanación es despertar el poder interior sanador que cada uno de nosotros tenemos por derecho divino.

En definitiva la única persona que cura una enfermedad es quien la padece.


X - PRÁCTICAS DE SANACIÓN

Para comenzar una práctica de sanación es importante acondicionar un lugar, puede ser

el mismo en el que diariamente meditamos. Podemos colocar una vela blanca,

sahumerios de mirra e incienso para purificar la energía, un recipiente con agua, formar

un mandala con piedras especiales, formar un circulo o un triangulo para ubicarnos en

su centro.

El ayuno es importante, para que el cuerpo esté en las mejores condiciones, y se debe

usar ropa cómoda.

Luego de ocupar nuestro sitio, relajamos el cuerpo por medio de la respiración y

aquietamos nuestras emociones.

Nos concentramos en la intención, aquí unificamos los mundos abriendo la conciencia

para que fluya la Energía Vital Universal, or.

Pedimos al arcángel Rafael que nos asista e invocamos a nuestro guía espiritual, para luego

pronunciar el nombre de Dios elegido.

Cuando estamos preparados, nos conectamos con la energía de la persona (puede ser a través de su nombre o de su imagen), si acepta nuestra ayuda, y logramos la empatía con su alma comenzamos la sanación, guiándonos, por ejemplo, por las sensaciones que captamos por medio de la intuición.

Podemos hacer aquí una práctica muy linda que sería como una bendición, entonamos la formula kabalística "alá gazél gabél", que significa "que Dios haga descender la lluvia sobre la montaña". La lluvia sería la luz purificadora, la montaña somos nosotros, por lo tanto lo que pedimos es que Dios haga descender la luz sobre nosotros.

Podemos visualizar luz violeta , este color resulta de la mezcla del azul oscuro

(que corresponde al conocimiento y la conciencia) y del rojo vivo (que es la actividad). O sea que el color violeta ayuda a la persona en el reconocimiento de la actividad de la conciencia infinita en cada uno de nosotros.

Cuando sentimos que la tarea está cumplida, amorosamente despedimos a esta alma compañera, agradecemos a Dios y entregamos a su divina voluntad la sanación .

Con esto realizamos la purificación mental y cortamos influencias dejando correr el agua

sobre nuestras manos . Otro corte se realiza colocando, extendidos, los dedos índice y mayor de la mano derecha sobre los mismos de la mano izquierda concentrándonos en la palabra akutá.



Frente a frente se encuentran dos almas. Una con el deseo de recibir, la otra con el deseo de dar, pero todo es un ida y vuelta, el que recibe da y el que da recibe, compartiendo el infinito caudal de energía universal que posee todo ser humano en su relación de destino.



SI TODOS SOMOS UNO, SANAR A OTRO ES SANARSE A SI MISMO




ÍNDICE



- INTRODUCCION

I - ¿CURAR Ó SANAR?

II - KABALÁH Y SANACIÓN

III - EL VACÍO Y LA FRAGMENTACIÓN

IV - SANACIÓN

V - EL TERAPEUTA

VI - EL ÁRBOL DE LA VIDA

VII - MOISÉS Y LA SERPIENTE DE BRONCE

VIII - NIVELES DE SANACIÓN

IX - SANACIÓN A DISTANCIA

X - PRÁCTICAS DE SANACIÓN


BIBLIOGRAFÍA


Material de estudios Hinéni (Ione Szalay).
"Enfermar también es sanar" – Ione Szalay – Ed. Kier – Bs As. 2000.
"El libro del pueblo de Dios" – Ed. San Pablo – Madrid – 2000.
1 "Enfermar también es sanar" – Ione Szalay – Kier – Bs.As. 2000

2 "Enfermar también es sanar" – Ione Szalay – Kier – Bs. As. 2000

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